"Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adonde van, yo salgo de donde esté y los atrapo para que no caigan. Eso quiero ser yo, un guardián entre el centeno".
Holden Caulfield (El guardián entre el centeno-J.D.Salinger).
lunes, 17 de octubre de 2011
El pies planos
Hay
también quien las suelas gasta a pares
Sin
serlo siempre por no andar correcto,
Fue
vigilando en plazas y lugares,
Por
corregir andares de insurrecto.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Me gusta tanto el serventesio como las suelas de los zapatos gastadas y rotas. Será porque no escojo los caminos habituales que marca la sociedad. Nunca los he escogido. Y soy mucho más feliz de lo que nunca pensé. Gandhi dijo dijo que si se desatendía a la primera ley que nos pareciera injusta por principios ya nunca nos podrían esclavizar y siempre seríamos libres. Aunque viva la situación que describo sigo siendo libre, porque dentro del espacio que tengo siempre hago lo que quiero. Y sobre todo, me siento libre para no hacer lo que no me parece bien. Soy libre para escoger eso. No sé si al final de mi vida estará bien o mal, pero lo habré escogido yo. Y con la mejor intención del mundo. Gracias, Beni, por tu serventesio.
Gracias Nicole. Adoro tu integridad. Ninguna ley puede llamarse Tal si conlleva injusticia.
El serventesio se usó desde sus orígenes para protestar ante lo injusto, en este caso muestro que unos zapatos viejos no siempre identifican a un perezoso vagabundo, en las más de las ocasiones pertenecen a un incasable trabajador.
O a un caminante incansable. =) A un buscador de lo perdido, a un defensor de lo imposible, pero de lo justo. Ha sido un placer este post. Un blog genial. Te felicito.
3 comentarios:
Me gusta tanto el serventesio como las suelas de los zapatos gastadas y rotas.
Será porque no escojo los caminos habituales que marca la sociedad. Nunca los he escogido. Y soy mucho más feliz de lo que nunca pensé.
Gandhi dijo dijo que si se desatendía a la primera ley que nos pareciera injusta por principios ya nunca nos podrían esclavizar y siempre seríamos libres.
Aunque viva la situación que describo sigo siendo libre, porque dentro del espacio que tengo siempre hago lo que quiero. Y sobre todo, me siento libre para no hacer lo que no me parece bien. Soy libre para escoger eso. No sé si al final de mi vida estará bien o mal, pero lo habré escogido yo.
Y con la mejor intención del mundo.
Gracias, Beni, por tu serventesio.
Gracias Nicole. Adoro tu integridad.
Ninguna ley puede llamarse Tal si conlleva injusticia.
El serventesio se usó desde sus orígenes para protestar ante lo injusto, en este caso muestro que unos zapatos viejos no siempre identifican a un perezoso vagabundo, en las más de las ocasiones pertenecen a un incasable trabajador.
O a un caminante incansable. =) A un buscador de lo perdido, a un defensor de lo imposible, pero de lo justo. Ha sido un placer este post.
Un blog genial. Te felicito.
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